El GPV o Gestor en el Punto de Venta es una figura fundamental para la distribución, promoción y venta de los productos de una marca.

Por eso, una de las labores principales de un GPV es saber escuchar y entender al lineal que, dicho así, parece el título de una película al más puro estilo “el hombre que susurraba a los caballos” pero, enseguida entenderás a que nos referimos

Tu producto siempre presente en el lineal

Todos somos clientes, todos vamos a supermercados o grandes superficies a realizar compras y todos tenemos una percepción subjetiva de lo que nos encontramos en los lineales, sea cual sea nuestro trabajo.

Por esto, seguramente te suene la escena de encontrarte un lineal en el que el producto no está donde debería estar o, sencillamente, aparece el hueco del producto agotado con lo cual, te toca buscar a un reponedor y preguntarle si se ha agotado o están a punto de reponer.

Un GPV se encarga precisamente de que esto no suceda nunca, un gestor en el punto de venta que ha sabido escuchar al lineal de su producto y controlar las ventas para tener siempre una previsión y que no se dé nunca esta situación.

El peligroso juego de los precios

A los clientes hay que venderles el producto de forma rápida y fácil para ellos y si tener que buscar un reponedor porque no encuentran nuestro producto tiene una altísima probabilidad de que perdamos esa venta, que el cliente no encuentre el precio del mismo es tan dañino para la marca como lo anterior.

El GPV también se encarga de esto, de hacer corresponder siempre los precios con el producto en el lineal y no solo eso, también que estos estén expuestos con una alta visibilidad, que no haya contradicciones en las promociones por haber dejado etiquetas antiguas sin quitar, etc.

El GPV es tu voz y tus ojos en cada punto de venta

El GPV tras haber analizado el lineal en profundidad, encontrado las ventajas y las carencias que supone tener el producto en una parte u otra del lineal, analizada la respuesta del público, estudiado a la competencia y su posición y, en definitiva, haber hecho un estudio en profundidad de cómo llegar más y mejor al consumidor, se convierte automáticamente en la voz de la marca.

Será el gestor en el punto de venta el que negocie en cada tienda los espacios dentro del lineal que se quieren ocupar, la forma en la que la marca necesita aparecer e incluso, junto a qué competencia queremos estar.

¿Cómo crecerían tus ventas si tuvieras mil ojos repartidos por toda tu red de venta?

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