Tal vez nunca has pensado que detrás de grandes genios que han levantado compañías que han cambiado el mundo, había mentes brillantes, pero también atormentadas por inseguridades y miedos. Hoy queremos hablar de un síndrome que afecta al 70% de las personas en algún momento de su vida: El síndrome del impostor.

Queremos hablar sobre como esto afecta a nuestro día a día en el trabajo, y por supuesto algunas maneras de gestionar este síndrome no para que desaparezca de nuestra vida, también para usarlo como una manera de conseguir unos hábitos emocionales más correctos y saludables.

Antes de nada, es importante conocer qué es el síndrome del impostor y por supuesto, en qué puede afectarte en tu trabajo.

** Si este artículo te hace reflexionar o analizar la que puede ser tu situación actual y te sientes identificado/a recuerda que lo ideal es contar con el apoyo y soporte de un profesional para que pueda valorar si es o no tu caso de manera profesional y qué tratamiento o pautas pueden ayudarte a mejorar y dar carpetazo contra el síndrome del impostor.

El Síndrome del impostor: No merezco este puesto, no merezco vuestros elogios ni este ascenso…

Catalogado como fenómeno psicológico, el síndrome del impostor hace sentir a aquellas personas que lo padecen incapaces de hacer de manera correcta su trabajo, llena su cabeza de falsas creencias de que todo aquello bueno que les pasa en su vida laboral es cuestión de suerte, ya que no sienten merecedores de ese éxito cosechado. El miedo además de ser en algún momento desenmascarados por sus propios jefes o compañeros les invade diariamente bajo la falsa creencia de que en cualquier momento se darán cuenta de que es un fraude y su puesto de trabajo quedará en peligro.

Síntomas del síndrome del impostor

  • Incapacidad para valorar de manera realista las capacidades, competencias y habilidades de uno mismo.
  • Terror a no cumplir las expectativas laborales establecidas, ya sea por si mismo o por sus superiores.
  • Atribuir el éxito al azar o a la providencia en vez de al trabajo realizado. Esto nos recuerda una frase de Fernando Suarz, coach comercial que dice: “El éxito no es azar, es hacer”. Que nos encanta
  • Sabotear constantemente tus éxitos y desprestigiarlos
  • Sensación de falta de creatividad, inteligencia, y demás habilidades
  • Dificultad para aceptar los elogios
  • Dificultad para delegar

Tipologías del síndrome del fraude: ¿Te reconoces en alguno?

 

  • El Experto/a: Altas expectativas que nunca llegan a cumplirse, nunca es suficiente a pesar de conseguir esos altos objetivos. Todo para ellos siempre es mejorable.
  • Individualista: el miedo a ser descubierto como impostor les hace vivir sus tareas del día a día lejos de la ayuda de cualquier compañero/a.
  • Superhéroes: El modo que han encontrado para silenciar sus inseguridades es trabajar más y más generando problemas en su salud mental y alejándole de hábitos saludables y relaciones con otras personas saludables y necesarias. Generan sobre si mismos una enorme presión para trabajar duro y cumplir sus objetivos, pero a menudo sufren otros problemas derivados de ello como el estrés laboral.
  • Genio natural: si algo no sale a la primera aparece la frustración.
  • Perfeccionista: ¿He sido honesto en mis capacidades? ¿En mi CV? Sienten terror a ser descubiertos como un impostor en su sector o su actividad en la que son “expertos”.

Algunos consejos para lidiar con el síndrome del impostor en tu trabajo

  • Pide ayuda:
  • Reconoce y celebra tus éxitos: Tu eres la causa principal de tu éxito. ¡¡Celebra aquello que consigues cada día!! Es tu trabajo diario y tu esfuerzo el que te han traído al lugar que hoy ocupas. Si no te gusta, trabaja por cambiarlo si te gusta celebra tu vida y tu éxito. ¡¡Te lo has ganado!!
  • No te compares con otras personas o con tus compañeros: Cada persona somos un mundo y tenemos unas circunstancias muy concretas. Las comparaciones general frustración constante y es muy difícil lidiar día a día con una mochila cargada de frustración. Enfócate en ti mismo/a.
  • Trabaja por y para tu autoestima: Eres una persona en constante cambio, no necesitas la validación externa constante. Mejora tu autoestima y poco a poco podrás ir derribando esos muros que dificultan tu día a día, no solo en el trabajo también en tu vida personal.
  • Pide ayuda a un profesional, están para ayudarnos en aquellas situaciones en las que la vida, nuestra mente o nuestro cuerpo nos alerta de que algo va mal. No temas pedir ayuda profesional, hay vida detrás de estos fenómenos psicológicos u otros trastornos de salud mental.

 

Para terminar, queremos compartir este texto de Antoine de Saint-Exupéry, el genio detrás del famosísimo libro “El principito” que nos recuerda que a veces nos dejamos arrastrar por aquellos malos pensamientos y no somos capaces de disfrutar el camino, o en el caso que nos ocupa hoy, el síndrome del impostor, del éxito que logramos con nuestro esfuerzo y trabajo diario.

Si al franquear una montaña en la dirección de una estrella, el viajero se deja absorber demasiado por los problemas de la escalada, se arriesga a olvidar cual es la estrella que lo guía.

Comparte este artículo en tus redes sociales ;)