En 1908, en la ciudad de Nueva York, un grupo de mujeres fueron quemadas vivas en la fábrica en la que trabajaban, por el dueño de la empresa, tras una huelga por defender ciertos derechos como trabajadoras y mujeres. Por este motivo se conmemora el Día de la Mujer Trabajadora y sus derechos de forma internacional.

¿Por qué es necesario el Día de la Mujer Trabajadora?

Aunque han transcurrido muchos años desde aquel fatídico día de 1908, aún no se ha conseguido la igualdad entre hombres y mujeres. Siguen siendo los hombres los que ocupan los altos puestos en las empresas y en un sinfín de puestos de muchos sectores, relegando a las mujeres a puestos menos importantes, sin tener en cuenta la valía de estas, su capacidad y su preparación.

En la conciliación familiar, la diferencia entre hombres y mujeres es más clara. Por norma general, al igual que los hombres, las mujeres también trabajan, pero a su vez suelen hacerse cargo de las tareas del hogar, suelen llevar más peso en la crianza de los hijos… Afortunadamente, cada vez son más los hombres que han dejado de “ayudar en casa” para comenzar a compartir tareas de un hogar común.

Juega un papel fundamental, dentro de las familias, la educación de los hijos e hijas en un ambiente de igualdad. La mayor parte de esta educación se realiza en casa, pero el mundo también es responsable de que esto sea así: el colegio, las redes sociales y la televisión, por ejemplo, pueden hacer una labor muy importante.

Podríamos haber enfocado este artículo solo en el terreno laboral, pero serán nuestros hijos e hijas los que mañana estarán ocupando los puestos de trabajo, y son a ellos a los que tenemos que enseñar que no hay diferencia entre hombres o mujeres inteligentes, sino que son igualmente personas inteligentes, que los puestos de trabajo los ocupen aquellas personas que estén capacitadas para ello sin importar si son mujeres u hombres. Además de que los salarios deben ser justos e iguales, para hombres y para mujeres.

No queremos terminar este articulo sin dar a las gracias a esas mujeres que no tuvieron voz, que no les permitían votar, ni tener una cuenta bancaria si no era con la autorización de sus padres o maridos. Gracias a su esfuerzo, a su lucha y a su valor hoy nosotras lo tenemos más fácil, pero aún nos queda un largo camino por recorrer.

Ojalá un día no tengamos que celebrar más el 8 de Marzo, ese día será el más importante